Acabo de componer un nuevo tema. Como ya he apuntado, no se me da mal crear música, además, como no tengo ningún compromiso con discográficas ni agentes ni sujetos así, pues hago lo que me da la gana y la producción, dentro de mis limítadisimos medios, queda muy a mi gusto. Pero no soy letrista; escribo más o menos bien y, además de este blog, al que vengo muy de vez em cuando, he publicado artículos en diferentes medios y he escrito un par de libros, pero repito: no soy letrista, me cuesta encajar las letras que imagino en las melodias, porque las hago antes. Ese es uno de los motivos por los que las hago en inglés; me resulta más fácil encajar, estirar y recortar las palabras en ese idioma. En castellano, muchas palabras son esdrújulas o acaban en consonante o… En definitiva, se me da bastante peor hacer letras que hacer música.

Pero esta mañana, cuando empecé a hacer la letra para ese último tema, había tres palabras que martilleaban sin cesar mi cerebro: oscuridad, niebla y ceguera. Y, aunque al final acabé escribiéndola en inglés, voy a hacer una traducción ampliada, puesto que no tengo que encajarla en ninguna melodía hecha con anterioridad.

Siempre había tenido el sueño de que si llegaba al año 2000, vería grandes maravillas creadas por el ser humano, podría viajar por un mundo en paz, hablar con gentes de diferentes culturas y aprender de ellos y, si se daba el caso, enseñar. Un mundo en el que la comprensión fuera el preludio de la felicidad. Pero no, miro a mi alrededor y no hay nada. En esa oscura niebla que nos ciega estos días solo hay sitio para la guerra , la enfermedad, el caos…

Y surge la pregunta: ¿Quién lo provoca? ¿A quién le interesa? Porque, creámoslo o no, las cosas no suceden porque sí. Durante más un milenio fue la iglesia católica la que, con su Inquisición y su enorme poder, atemorizaba, quemaba y mataba, pero ahora, quién sea o quiénes sean, lo hacen sutilmente, sin mostrarse y, claro, ¿cómo luchar contra un enemigo que sabes que existe, que está ahí, pero al que no ves, al que solo intuyes?

Si alguien tiene la respuesta, por favor, que me la regale

Seguimos recluidos. ¿Hasta cuándo?

Septiembre

septiembre 22, 2020

Sigo saliendo poco a pesar de que las restricciones van a menos, pero, entre otras cosas, es por eso, porque la gente se relaja y se desentiende de las medidas de protección, con lo que, en algunos casos, el peligro de contagio aumenta. Y no es que sea un «cobardica», que no lo soy en absoluto, simplemente, soy precavido.

Por otro lado, tampoco me viene tan mal, pues así le dedico más tiempo a la música -hay que recuperar el tiempo perdido, jejeje-. De hecho, he compuesto y grabado algún tema más. En mi página web: www.tonypayan.es, a la que subo los temas que ya están audibles. Y digo audibles, porque nunca, y esta es una ventaja de tener el estudio en casa, los consideraré definitivos mientras se me sigan ocurriendo cosas que añadir o quitar, siempre, claro, con la intención de mejorarlos. Pues bien, decía que, en mi página web, hay ya nueve temas. De uno de ellos «Like Broken Ships» hay dos versiones; la segunda, orquestada. Además del ensayo que he hecho con una bossa nova y que tendré que grabar de nuevo, porque no acaba de convencerme, pero bueno, ahí está.

Si alguien pasa por aquí, espero que disfrute oyendo la música, al menos, tanto como yo al hacerla.

Una muestra de mi trabajo: Like Broken Ships O.S.C.

En este tema, el bajo lo toca Carlos Payán… que, además de ser mi hijo, es un magnífico guitarrista y bajista… aunque, como en este vídeo, se atreve hasta con la batería. Merece la pena verlo: https://youtu.be/N1OzDeAg3qs

Saludos desde Alcantarilla, Murcia.

2020

julio 15, 2020

Años sin pasar por aquí, ni siquiera durante el encierro obligatorio por el Covid-19, pero alguna vez tenía que volver, así que aquí estoy de nuevo.

La verdad es que no tengo mucho que contar; mi vida, aunque muy interesante para mí obviamente, no creo que lo sea para mucha otra gente. Podía haber dedicado, como supongo que habrán hecho otros, parte del tiempo del confinamiento a hacer un diario, pero, como digo más arriba, ¿a quién podría interesarle? Probablemente, a nadie, así que lo que hice fue montar un estudio de grabación en casa, modesto pero suficiente.

Hacía cerca de veinte años que no tocaba la guitarra y unos quince que no le ponía la mano encima a una batería, que era, por decirlo así, mi instrumento principal, y no digo nada ya de los teclados, claro. Sin embargo, y para mi propia sorpresa, el reaprendizaje, si se me permite la palabra, no fue, ni mucho menos, lo largo que esperaba; doloroso para mis dedos sí lo fue, je je je, pero entendí que era un barato peaje a pagar.

No sé si ha sido el paso de los años, supongo que sí, pero, increíblemente, las sensaciones musicales seguían ahí, y no solo no habían disminuido, sino que afloraban con facilidad, sin forzar nada. Obviamente, la perspectiva desde la que ahora veía la música era diferente, pero esa diferencia no hacía que fuera menos profunda o completa, sino todo lo contrario; las ideas fluían y, aunque con cierta torpeza aún, las desarrollaba bien en la guitarra, por eso digo que, con el paso del tiempo, se han ido asentando e, incluso, mejorando en algunos aspectos.

A día de hoy, quince de julio, he compuesto, arreglado y grabado cinco temas. Obviamente, excepto uno, que ya ha quedado como quería definitivamente, los otros son susceptibles de retoques, cambios, etc., y he hecho una versión de un blues que me gusta mucho, aunque aún no he acabado de grabarlo.

Están en mi página web: http://www.tonypayan.es

Hace mucho calor en Murcia hoy. Salud.

A un amigo imaginario

octubre 19, 2016

Desde el molino:

Se ha ido la luz. Como cada cierto tiempo, me quedo a oscuras durante unas horas, unos días o, a veces, más de un mes.

Todo mi mundo; ese que yo he creado para protegerme del real, del de los otros, se viene un poco abajo, se resquebraja.

Cambio de hábitos; de apenas salir a la calle, a hacerlo todos los días, aunque sólo sea para recargar la batería del portátil y, así, disfrutar, poco, un par de horas, de esa ventana que da a mi mundo.

También aprovecho para leer más de lo habitual. Ecléctico en los autores, paso de releer a Ángeles Caso a sumergirme en el realismo fantástico de Louis Pauwels y de éste a Julio César y sus comentarios de la guerra civil, sin olvidarme, entre tanto, de Eduardo Mendoza y su desternillante libro Sin noticias de Gurb. Y, eso sí, una o dos horas todas las noches, a la titilante luz de una vela, mi admirado Oscar Wilde me deleita con sus cuentos.

Al final, la luz llegará y volveré a lo de costumbre: a sumergirme en ese mi mundo fantástico, en el que nada sucede que no sea agradable y placentero, y en el que sólo caben personajes de actitud positiva. Volveré a escribir sobre Novala, sobre las Ahaib, los T’sar y otros tantos pueblos y mundos que mi imaginación ha creado; los haré participar en nuevas y emocionantes aventuras para salvar otros mundos, como Narbug, tomado por las fuerzas de Malgor.

Mientras tanto, paradoja, la realidad es que sin electricidad mi mundo queda encerrado dentro de mí. Terrible interrelación, esa, con el mundo exterior, que siempre, de una forma u otra, nos condiciona.

Salud.

Esta ceremonia de la confusión en la que se mueven algunos de los políticos del P(SO)E está llegando al esperpento del esperpento. Ya era tal poner en escena la obra «131 es más que 161», pero estos guionistas de lo absurdo, malos discípulos de Monty Python, no se conforman con eso, no, tienen que ser más «creativos», o eso deben de pensar ellos, y dar un paso más hacia el absurdo total, es decir; hacia la negación absoluta de la realidad, sustituyéndola por lo que a ellos les gustaría que fuera esa realidad, o como bien ha definido Errejón esta mañana, confundir deseo con realidad.

Después de ver a Hernando en plan monologuista del Club de la Comedia, con esa cara de “admiradme por lo inteligente que soy”, en ese alucinante soliloquio sobre el envejecimiento de Pablo Iglesias, ahora, Pedro, el bandazos, dice que Podemos ha traicionado a sus votantes por no hacerle a él presidente del gobierno, porque, aunque no lo dice, va implícito en sus palabras, él y sólo él es digno de ese honor… Los demás, de ahí su indignación, tienen que asumir su papel de adláteres y palmeros, pues no son otra cosa que eso. Y se queda tan ancho.

Encerrado, como parece que vive, en una burbuja que ha trascendido el límite espacio-temporal y le ha colocado en una realidad paralela, en la que la consulta de Podemos a sus afiliados, entre otras muchas cosas, no se ha producido, le lleva a creerse tocado por el espíritu de la clarividencia política y, por tanto, el único capaz de ver la luz de la verdad. No sé cómo llamarán, técnicamente, a eso los psiquiatras, yo lo llamaría enajenación mental; bien por creérselo él, bien por querer hacérnoslo creer a los demás, lo que añadiría, además, una supina soberbia por pensar que somos idiotas, cuando no una ignorancia sólo comparable a su ego.

Así que con eso me quedo: o se ha vuelto majara, o nos toma por idiotas. Mala salida, en cualquiera de los dos casos, para este pegote político que quiere tapar sus vergüenzas con tamaña desvergüenza.

Salud.

cruyffA este paso, el blog acabará pareciendo una sección de necrológicas.

Ha muerto Johan Cruyff.

A pesar de no ser un gran fan del fútbol, tengo aún en la memoria los grandes momentos que protagonizó uno de los mejores jugadores de fútbol de la historia.

Descansa en paz.

Y la barbarie continúa

marzo 22, 2016

lazo-morado¿Hasta dónde llega la iniquidad, la perversión? ¿Qué dios es ese, capaz de perdonar tamaña ofensa a la vida?

Si alguien lo sabe, que me lo diga.

Mis más sinceras condolencias a los familiares de las víctimas.

También, mi apoyo a esos miles de refugiados que huyen de cosas como esa.

lazo-morado“La mujer tiene un solo camino para superar en méritos al hombre: ser cada día más mujer”

La frase no es de mi cosecha, es de Ángel Ganivet, pero, con su permiso, la hago mía.

Desde aquí, y desde la admiración,  mi homenaje a todas esas mujeres que, incansablemente, luchan por recuperar lo que por derecho les pertenece.

¡POR LA IGUALDAD!

Ayer cumplí sesenta y seis años, en los que, parafraseando el título de una magnífica canción de «The Beatles», he recorrido un largo y, a veces, retorcido camino.

Me considero, a pesar de eso y de vivir ahora de una mísera pensión, una persona privilegiada, pues, durante este largo tiempo, he viajado por diferentes partes del mundo; he tenido el honor de tocar al lado de grandes músicos, europeos y americanos, haciendo esa música nunca bien comprendida llamada jazz y de componer temas que aún hoy algunos siguen interpretando. He escrito algunos libros y publicado artículos con los que he divertido a los pocos que los han leído —me hubiera gustado que fueran más, pero me conformaría igual aunque solamente hubiera sido uno—. También he visto cómo este país se transformaba y pasaba, como dijo el ínclito Fraga Iribarne, de ser el país de la alpargata y el seiscientos a otro moderno y homologable con los más avanzados… pero no sé si esto último es realmente cierto.

Un país que se precie, que sea en verdad demócrata, que quiera estar orgulloso no puede permitirse políticos, periodistas, instituciones, etc., que no estén al servicio de sus ciudadanos; no puede permitirse no mirar hacia atrás y aprender de los errores cometidos —quien no aprende de su pasado está condenado a repetir los mismos errores—. Y creo que los españoles pecamos de memoria laxa y, además, selectiva. Nos quejamos de todo, o casi todo, y siempre dejamos que sean otros los que lo arreglen, porque, a pesar de que nos concierna, hacemos ver que eso no va con nosotros —que piensen otros, que inventen otros—… y así nos va.

Oigo a unos y otros echarse mutuamente la culpa de lo que pasa, en un «lavarse las manos» que nadie tiene limpias; unos por ignorancia, otros por dejadez y unos cuantos, más de los que deberían, por aprovechados. Un examen de conciencia de vez en cuando nos vendría muy bien a todos. Como dijo Eleonor Roosevelt: «Aprende de los errores ajenos. No vivirás lo suficiente para cometerlos todos». Mas, por lo que veo y oigo, aquí nadie aprende; ni de los ajenos, ni de los propios… y así nos va.

Por el contario, periodistas, pensadores, columnistas, analistas, o como rimbombantemente les guste llamarse a sí mismos, denuncian día sí, día también, la corrupción de los que no les gustan, omitiendo vergonzosamente la de los que sí les gustan, cayendo, por tanto, en la peor de las corrupciones: la de dogmatizar “ex cátedra” sobre los defectos y errores de los demás para influir en aquellos que, por ignorancia —que, desgraciadamente, hay mucha en este país—, o por falta de criterio propio, son un buen caldo de cultivo.

No se les caen los anillos ni la cara de vergüenza por su contumaz insistir en lo que saben que es mentira, en confundir sus anhelos, malsanos deseos casi siempre, con los intereses generales… Y se quedan tan anchos, pagados de sí mismos al creerse las únicas voces autorizadas para opinar… y así nos va.

Todo eso acaba reflejándose en la calle, en los ciudadanos de a pie, que acaban por tomarse el discurrir de las tribulaciones patrias como si de un partido de fútbol se tratara; defensa a ultranza de esto o aquello porque lo dice la tele o ese político tan guapo que me cae bien, aunque con sus decisiones acabe por fastidiarme la vida. Pero no importa el hecho de estar cada día peor, lo que importa es que mi equipo gane, aunque sea de penalti injusto y fuera de tiempo. Luego, a quedarnos dormidos mientras ellos se parten de risa y se reparten los dividendos… y así nos va.

Y al decir dormidos, no puedo por menos de acordarme de aquella famosa respuesta de Camilo José Cela en el Senado cuando el presidente de la cámara le dijo que estaba dormido: «Dormido, no, señoría, durmiendo. Que no es lo mismo estar jodido que estar jodiendo». Pues eso, ¿qué queremos? ¿Estar jodidos, o estar jodiendo? A su criterio, señores y señoras.

Salud.

Harper Lee

febrero 20, 2016

¡Vaya mierda de año!

Hace unos días, Natalie Cole, ayer Umberto Eco, hoy Harper Lee, autora, entre otras, de la novela que dio pie a una de las mejores películas de la historia del cine: “Matar a un ruiseñor”.

Lo dicho: ¡mierda de año!